El anuncio del cardenal Makrickas, arcipreste coadjutor de la basílica liberiana, conmovió profundamente a toda la comunidad de Cogorno, un pequeño pueblo asomado al mar, donde se encuentran las raíces de la familia de Francisco. De allí viene la pizarra, una piedra «del pueblo», cálida y versátil, capaz de armonizar con cualquier material, a menudo utilizada para trazar caminos: un símbolo que parece reflejar los rasgos de su pontificado