A partir del 7 de mayo, los cardenales electores se reunirán en un lugar espiritual y artístico especial, inmersos en la belleza de la capilla pintada al fresco por Miguel Ángel y fortalecidos por su significado teológico. Juan Pablo II también se detuvo en la admirable visión del «Divino Artista» en sus poéticas meditaciónes «Tríptico Romano»: «Es necesario que, con ocasión del cónclave, Miguel Ángel enseñe al pueblo».