«Nos ha insistido en mirar el corazón de Cristo»
Un ambiente de oración y agradecimiento
Seminaristas de Madrid en Roma.
Roma acoge esta semana a miles de jóvenes de todo el mundo que se preparan para el sacerdocio, en el marco del Jubileo de los Seminaristas, celebrado entre el lunes 23 y el martes 24 de junio. Entre ellos, doce seminaristas del Seminario Conciliar de Madrid, acompañados de dos formadores y del rector, Antonio Secilla, han peregrinado hasta la Ciudad Eterna para vivir una experiencia de fe y renovación espiritual.
El evento central ha tenido lugar este martes por la mañana con una peregrinación por la Via della Conciliazione, el paso por la puerta santa, y una catequesis del Papa León XIV en el interior de la basílica de San Pedro. Allí, rodeados de seminaristas de los cinco continentes, los jóvenes madrileños han vivido un momento de profunda comunión.
«Es bonito ver que la Iglesia no es solo tu diócesis», relata Santi Vidal, que iniciará su quinto curso en septiembre. «Hay muchas realidades y mucha esperanza porque no dejan de surgir vocaciones», destaca emocionado. Le ha impactado la juventud de algunos seminaristas, incluso de 18 años, llegados de diócesis como Ávila o Segovia. En total, 186 seminaristas españoles han viajado a Roma para participar en este acontecimiento.
La jornada comenzó temprano, a las 8:30 horas, con una oración presidida por Jesús Vidal, obispo de Segovia y presidente de la Subcomisión Episcopal para los Seminarios. Para Santi, el paso por la puerta santa ha significado «volver a empezar»: «He recibido el perdón del Señor y he sentido que me acoge tal y como soy».
«Nos ha insistido en mirar el corazón de Cristo»
Durante la catequesis, el Papa León XIV instó a los seminaristas a adquirir el corazón de Cristo, a llevarlo a un mundo marcado por «violencias y narcisismos». «Nos ha recordado que **no somos nosotros los protagonistas, sino que es Cristo quien hace la obra»», señala Santi.
La jornada ha sido aún más especial para él, al compartirla con su hermano, Pablo Vidal, recientemente ordenado sacerdote en Madrid. «Un regalazo poder venir juntos a Roma», dice Pablo, quien ofreció su testimonio vocacional la noche anterior durante una vigilia en el Pontificio Colegio Español.
«Pasar por la puerta santa ha sido dar muchas gracias a Dios por nuestra vida, familia y vocación», añade Pablo. Y confiesa haber pedido «ser fiel a Jesús y que Él siga llamando». El encuentro con el Papa lo define como un «momento de alegría y de comunión con la Iglesia».
Un ambiente de oración y agradecimiento
Jorge Ruiz Jiménez y Guillermo Isidro García Prieto, también seminaristas madrileños, coinciden en destacar el «ambiente muy bueno de oración y compartir». Subrayan la gratitud expresada por el Papa, en español: «Gracias por haberos atrevido a entrar en el seminario, por vuestra valentía». El Santo Padre también les recordó que la vida espiritual debe ser el centro de su formación.
«Es una suerte muy grande poder estar viviendo esto», resume otro de los seminaristas, Omar Barroso, que incluso tuvo la oportunidad de saludar personalmente al Santo Padre.
Una semana jubilar intensa
El Jubileo de los Seminaristas continúa con la Eucaristía de la tarde en la iglesia de los Santos Doce Apóstoles, presidida por Andrés Gabriel Ferrada Moreira, secretario del Dicasterio para el Clero. El miércoles se celebrará una celebración penitencial seguida de Misa en la iglesia de Montserrat, templo nacional de los españoles en Roma.
Además, el miércoles 25 de junio será el Jubileo de los Obispos, con la participación de 31 prelados españoles, incluidos los tres auxiliares de Madrid. Le seguirá el Jubileo de los Sacerdotes, del 25 al 27 de junio, con 79 sacerdotes españoles, entre ellos varios recién ordenados compañeros de curso de Pablo Vidal.
La semana jubilar culminará el viernes 27 de junio, en la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, con una Eucaristía en la plaza de San Pedro presidida por el Papa, durante la cual se celebrarán ordenaciones presbiterales. Un broche de oro para una semana de gracia, juventud y esperanza en el corazón de la Iglesia.