El presidente ucraniano fue recibido por el León XIV en Castel Gandolfo, en la residencia de verano de Villa Barberini. En el centro de la conversación, la urgencia de «caminos de paz justos y duraderos», el diálogo como vía privilegiada. El Papa expresó su dolor por las víctimas y animó a hacer «todos los esfuerzos» para liberar a los prisioneros.