En menos de una semana, dos de las principales voces de la Iglesia católica salvadoreña —el arzobispo José Luis Escobar Alas y el cardenal Gregorio Rosa Chávez— han hecho apremiantes señalamientos sobre la situación del país, advirtiendo sobre el deterioro de las libertades, la persistencia de la pobreza, el riesgo ambiental debido a la explotación minera y la falta de participación ciudadana en decisiones clave, como las reformas constitucionales