La noche del 6 de agosto, unas setenta personas agredieron a dos sacerdotes y un catequista en la aldea de Jaleswar. «Es una violación flagrante de los derechos constitucionales y de la dignidad humana», denuncia la Conferencia Episcopal de la India, expresando su preocupación por el clima de persecución al que está sometida la minoría cristiana en el estado oriental del país